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Las hierbas medicinales, ¿tradición, remedio o engaño?

Hierbas, ungüentos, veladoras, cápsulas de colágeno o sustancias para bajar de peso, son productos a los que recurren personas con alguna enfermedad para ver si encuentran en ellos una solución más económica y efectiva para sus males, sin que les importe si pueden poner en riesgo su salud.


En el Mercado Cuauhtémoc, Claudia Ceniceros, de 40 años, llegó a una de las tiendas sujetándose el estómago. Su rostro reflejaba incomodidad. Le dijo al vendedor que el día anterior un doctor le diagnosticó que tenía los riñones inflamados. El tendero le recetó un té de acedra, una hierba comúnmente utilizada para disminuir ese problema.

Claudia ha optado por este tipo de productos porque dice que “son más baratos que las pastillas que te recetan los doctores, aparte son naturales, deben de darte mayor beneficio”, comenta la mujer mientras lee las instrucciones de uso impresas en la bolsa de la hierba.

Casos como éste se dan con frecuencia en las tiendas naturistas de la zona Centro, donde las personas van en búsqueda de una opción diferente o más económica para encontrar algún remedio al padecimiento que los aqueja.

Yahir Olague, de 33 años, quien atiende un pequeño local ubicado en el Mercado Cuauh-témoc, explica que los productos que más pide la gente son para bajar de peso, “para el acné, enfermedades respiratorias, cosas así”.

En el negocio se ofertan productos como cápsulas de levadura de cerveza, víbora molida, ungüentos, veladoras, gotas para los ojos y diferentes hierbas medicinales, todos ellos para mejorar la salud del consumidor.

Según el comerciante, la venta de los productos de origen natural ha ido en incremento en los últimos años. “Mira, por ejemplo, el año pasado atendíamos unas 50 personas a la semana, ahora llegan unas 80 más o menos”, dice mientras acomoda el cuerpo disecado de varias serpientes, que se pueden usar para mejorar la circulación de la sangre.

Alejandro Oropeza, médico homeópata, dice que la gente no debe dejarse llevar por dichos, costumbres o creencias a la hora de cuidar la salud, debido a que por ahorrar dinero en medicinas o tratamientos, puede resultar contraproducente.

“Al ir con gente que no está preparada para recetar algún tratamiento, se exponen a que el problema empeore o se llegue en casos extremos a la muerte, es como si le pides a un doctor que maneje un avión”, comenta.

Explica que “la homeopatía estudia los efectos tóxicos que ocasionan sustancias de origen animal, vegetal o mineral al organismo, y al momento de identificar los mismos síntomas producidos por algún otro virus o bacteria, se le administra al paciente la sustancia tóxica pero en dosis mínimas”.

Violeta Mendoza, médico general, dice sobre el uso de plantas medicinales que “es cuestión de cada persona saber qué usa para sentirse mejor, pero deben de hacerlo mediante médicos especialistas en el tema, así no hay riesgo de incrementar la enfermedad o presentar nuevas”.

La doctora dice entender porqué las personas acuden a esos remedios para curarse, “es entendible, muchas de las plantas son más baratas que las medicinas, pero si no se hace de la manera correcta se corren muchos riesgos”.

Agrega que “los encargados en las tiendas naturistas podrán saber por costumbre qué recetar o hacer un diagnóstico muy inexacto, pero un homeópata es la persona indicada para tratar una enfermedad a base de plantas”.

En tanto, a las tiendas llegan personas que no han encontrado en la medicina alópata o tradicional una respuesta a sus enfermedades, y que con los remedios naturistas aseguran que hallaron una solución.

Ángela Fernández de 46 años, expresa que hace como dos meses la enfermedad de su hija la llevó a recorrer varios consultorios médicos sin que tuvieran conocimiento de lo que padecía la menor de 14 años.

“A mi hija le daban dolores estomacales muy fuertes que le impedían levantarse de la cama, además de dolores de cabeza y pecho, ningún doctor le atinó con el diagnóstico ni con las medicinas”, dice la mujer.

Fue hasta cuando una conocida le recomendó acudir a una tienda naturista, ahí el encargado le recetó varias cremas, pastillas y hierbas de origen natural. “Luego de la primera semana mi hija se comenzó a sentir mejor, ahora únicamente le dan dolores de cabeza, pero ya no como antes”, comenta Ángela.

La mayoría de las personas entrevistadas comentan que si un medicamento es natural no va a provocar daño a quien lo toma.

“La gente cree que un medicamento natural no tendrá consecuencias, pero cuando no se receta en cantidades adecuadas se va a agravar el problema”, dice por su lado el especialista Oropeza.

Para evitar que se presenten casos en donde la enfermedad se agudice, el médico homeópata recomienda acudir con especialistas o no exagerar en la ingesta de tés y pastillas.


EL DIARIO