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Granadas, una bomba de salud

La granada figura en el escudo de España representando al Reino de Granada de la España medieval, pero como fruta merecería el mismo o mayor honor por sus propiedades nutricionales y medicinales. 

La granada llegó a los huertos de Al Ándalus por los árabes y su origen es oriental, introducida por los fenicios en Europa durante las guerras púnicas, de ahí su nombre latino «punicum granatum». Tan importante ha sido en la historia que durante siglos ha formado parte de los regalos reales, considerada fruta del amor, de la belleza y la feminidad, árbol del paraíso en el Corán y forma parte de la mitología griega entre otras muchas consideraciones.
Pero lo más importante es que todos estos títulos están sólidamente apoyados en estudios científicos. Por ejemplo y uno de los más contundentes proviene de la Universidad de Haifa en Israel, que descubrió que la granada es el producto natural que más antioxidantes contiene de todas las frutas y vegetales analizados hasta la fecha, hasta tres veces más que el té verde o el vino tinto. 

Con estrógenos


También por ser el único producto natural que contiene estrógenos, por lo que la hace especialmente recomendable para prevenir las molestias de la menopausia, o sus cualidades anticancerígenasgracias al ácido elágico, especialmente activo en los procesos de tumoraciones mamarias. Por no hablar del alto contenido en potasio, un elemento fundamental en la transmisión y generación del impulso nervioso y la actividad muscular.La granada es una fruta de temporada y ahora es cuando se encuentra en los mercados en su mejor momento, aunque se recolectan desde el otoño. Los mejores frutos tienen el tamaño de una naranja y aunque el color rojo distingue a los mejor madurados no hay que desdeñar los que tienen un color amarillo ocre. Es más importante que la piel esté tersa y sin grietas, que es garantía de que mantiene todo su jugo. Si se tiene el cuidado de no golpearla ni aplastarla se puede conservar hasta seis meses en el frigorífico.
La parte comestible de la granada son sus semillas rojas, incluida la parte central, portadora de un aceite muy nutritivo, rico en principios bioactivos con propiedades regeneradoras de la piel. Las paredes amarillas entre los granos contienen muchos taninos, tantos que son lo que dan su sabor amargo, pudiendo teñir la piel de las manos durante el proceso de desgranado de la fruta.

Antiséptica y antiinflamatoria



Muchas personas dejan de consumir granadas por evitar el proceso de extracción de los granos. Aunque ya es posible adquirir estos granos envasados, su extracción no es difícil. Una de las formas más sencilla, consiste en cortar en cuatro gajos en el sentido del eje de la fruta y golpear la parte de piel, por ejemplo con una cuchara de madera, hasta que caigan todos los granos.
Hay que tener mucho cuidado con las salpicaduras pues la mancha del jugo es muy persistente al lavado. También, a algunas personas, ese jugo mancha la piel, lo que se puede evitar usando guantes de goma. Aunque solo debe preocuparnos el aspecto estético, pues ese mismo jugo tiene efectos regenerativos sobre la piel. El contenido calórico de la granada es muy bajo, con 65 calorías por cada 100 gramos, por lo que su consumo es recomendado en regímenes de adelgazamiento y personas con diabetes.
Desde siempre se ha considerado a la granada un alimento antiséptico y antiinflamatorio, lo que es real debido a su contenido en ácido cítrico y málico. También contiene flavonoides, pigmentos vegetales responsables del color rojizo de sus granos, con potente acción antioxidante y antiséptica. Dichos componentes tienen la capacidad de captar radicales libres nocivos para el organismo, por lo que el consumo de granada contribuye a reducir el riesgo de enfermedades degenerativas, cardiovasculares y de cáncer. Los taninos le aportan propiedades astringentes y antiinflamatorias en las mucosas intestinales.
Antes hemos citado el potasio, que junto con el bajo contenido en sodio, hace el consumo de la granada recomendable para combatir la hipertensión arterial, los problemas en vasos sanguíneos y corazón. Sin embargo es necesario controlar su consumo si hay problemas de insuficiencia renal.

La granada es especialmente recomendada en niños y ancianos, que ambos a veces rechazan por los residuos de la parte dura del grano, algo que se puede solucionar ingiriendo el zumo. No debemos olvidar las propiedades antivirales de la granada y su poder defensivo contra la gripe. Por último recordar que, entre los títulos de la granada, es la fruta del amor, y en realidad es un buen estimulante sexual debido a su alto contenido en manganeso, que forma parte de enzimas y hormonas sexuales, así como uno de los mejores aliados para desintoxicar el organismo después de excesos alimenticios. Es en resumen, un alimento ideal para incluir en la dieta y adecuado para una gran mayoría de la población.


Fuente: abc.es

Optar por remedios naturales es una sana tendencia que crece

Además de que sus precios son más accesibles que los de los medicamentos que fabrican los grandes laboratorios, los remedios naturales poseen el aliciente de que en general no tiene contraindicaciones. 

Plantas, yerbas, propóleos y otros derivados de la miel, se utilizan desde antaño por diferentes culturas para contrarrestar causas o efectos de determinadas dolencias.
En la actualidad, la Medicina convencional o aleopática sienta sus bases en la prescripción de medicamentos que contrarresten los síntomas cuando aparece alguna enfermedad, pero rara vez se ocupan de las causas que originaron esa situación.
Sin embargo, controlar o prevenir alguna afección crónica a través de la homeopatía es algo cada vez más habitual. “Hoy viene cada vez más gente a consultarme, porque hay una mayor difusión de las posibilidades que brindan los remedios naturales”, señaló a UNO el médico cirujano Néstor Giraldo Motura, quien desde hace 50 años se dedica a curar a través de la homeopatía, las yerbas medicinales y otros métodos naturales.

“Siempre me interesaron las terapias naturales, desde mi tradición familiar hemos intentado respetar la naturaleza y hacer tratamientos lo más asociados a ella. Soy naturista por vocación”, acotó, a la vez que explicó: “Trato de hacer una medicina donde se usen en lo posible los remedios que fabrica la madre naturaleza, que son los que menos contraindicaciones tienen y son curativos profundos, lo que no quiere decir que no recete un antibiótico cuando es necesario o un corticoide cuando es imprescindible, pero nunca cometo un abuso con ese tipo de remedios que tienen muchos efectos adversos”.

El profesional indicó que “lo que se receta es fácil de conseguir en muchas farmacias de Paraná” y mencionó que es posible curarse o prevenir cuadros con recetas e ingredientes naturales “que están al alcance de cualquiera”. En este sentido, mencionó las múltiples propiedades que tiene el ajo para paliar determinadas enfermedades, como las cardiovasculares y la hipertensión. 

En torno a este bulbo, una de las farmacias de Paraná donde se fabrican medicamentos a base de hierbas lo promociona por su contenido de glucósido sulfatado y esencia sulfurada, y destaca “su importancia para la salud por su alto contenido de selenio, que es un oligoelemento cuya carencia trae consecuencia en la salud. Además es antisépitico y antiparasitario, disminuye el colesterol, favorece la digestión y es un inductor natural al sueño”.

El doctor Motura puso como ejemplo sus beneficios en las enfermedades respiratorias: “A un chico asmático, en lugar de darle continuamente antibióticos y corticoides, se le pueden dar jarabe de ambay, que es excelente, y hacerle nebulizaciones con ajo y unas gotitas de propóleo. Con el poder del ajo no queda ningún germen vivo y lo estamos curando con algo natural, que tiene efecto vasodilatador, broncodilatador y antibiótico”. 

“El remedio químico a lo mejor es mas rápido, pero tiene sus contras. Con los naturales podemos tener una eficacia terapéutica mayor y lograr la quimera de curar sin intoxicar, y medicar sin dañar”, aseguró.
Entre los elementos más populares que aporta la naturaleza para sanar al organismo, se enumeran la miel y sus derivados, el aloe, el limón, el ambay, diente de león, la carqueja, el cedrón, el boldo, la ortiga, la cebolla y la yerba mate. El cúmulo de posibilidades se extiende a otras especies que se usan desde tiempos milenarios. 

Los conocimientos y saberes acerca de qué cura cada planta fueron trasmitidos de generación en generación, sobre todo en los ámbitos domésticos. Sin embargo, la tendencia hacia lo natural gana cada vez más adeptos en consultorios y farmacias, en una búsqueda hacia el bienestar físico y espiritual.

El mítico Aloe Vera

Hace algunos años el aloe vera se había puesto de moda en los ámbitos de la salud y la belleza, debido a la difusión de sus múltiples propiedades. El doctor Néstor Motura enumeró varias de ellas en su libro “Aprende a curarte”: “Entre sus elementos constitutivos encontramos vitamina A, B1, B2, B6, C B12, ácido fólico, entre otras”. Además, detalló que “es muy útil para el acné y las quemaduras, los labios secos y agrietados. Se usa con éxito en callos, verrugas, ojos de gallo, hongos en los pies, manchas de la piel, caspa y seborrea, y actúa en problemas hepáticos por poseer excelentes antiácidos naturales; en los asmáticos es un muy útil por su efecto broncodilatador”, explicó.

Plantas con propiedades favorables

Ajo: tiene efectos saludables para la hipertensión, es digestivo, antiparasitario y antiséptico.
Stevia: se recomienda este endulzante natural antes que el aspartamo o el ciclamato, que son químicos.

Aloe: se caracteriza, entre otras cosas, por sus múltiples beneficios en enfermedades de la piel.

Sauce: posee los principios que contienen las aspirinas, pero sin efectos adversos que generan los químicos.

Limón: es rico en vitamina C y favorece a las defensas contra catarros y gripes, pero también es un excelente depurativo.
Yerba mate: es fuente de vitaminas y minerales, contiene potasio y magnesio, es energizante y además un poderoso antioxidante.

Fuente: unoentrerios.com.ar